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¿Sufres muchos dolores cuando te ejercitas?
Cuando estás haciendo ejercicio, llega un momento en que sientes dolor en el músculo que estás entrenando, muchas veces ese dolor está acompañado por una sensación de ardor o infinidad de punzaditas y todo esto se calma cuando paras el ejercicio, esto se debe a que tu cuerpo produjo un porcentaje extra de ácido láctico.
Alta demanda de energía
En los entrenamientos, nuestros músculos se someten a un sobreesfuerzo; la energía producida por el proceso metabólico llega a ser insuficiente porque el ejercicio hace que el cuerpo la consuma en cantidades más altas y más rápido, esto hace que el porcentaje de oxígeno disminuya puesto que gracias a éste se produce la energía, o sea, que la demanda de energía es mucho mayor que la producción de la misma y como compensación se genera ácido láctico o lactato, el mismo que proporciona hasta tres minutos de actividad muscular y este proceso se lo realiza sin oxígeno.
Es decir, el aumento del ácido láctico genera energía extra para esos tres minutos porque los músculos agotaron sus reservas propias y siguen demandando más energía, así el cuerpo obtiene pequeñas cantidades de energía temporal. Después de los tres minutos asoma el agotamiento porque el ácido láctico ya se consumió y el mensaje del cuerpo es que ya llegó al límite.
¿Parar o seguir?
Este proceso es muy importante porque así el músculo no llega a colapsar, las molestias que sentimos son un indicador de que debemos parar el ejercicio y descansar. Al poco rato el malestar va desapareciendo, el ácido láctico vuelve a su estado normal y el músculo también porque el organismo capta más oxígeno recuperando su proporción natural. Si esto no sucediera, las fibras musculares se verían seriamente dañadas, así funciona sabiamente el cuerpo generando este mecanismo de defensa y preservación del mismo.
El aumento de lactato se elimina más o menos en una hora después de terminar el entrenamiento y no causa ningún efecto secundario, siempre y cuando hayas tenido una adecuada hidratación antes, durante y después del ejercicio.
Debes observar una correcta respiración porque como vimos, por falta de oxígeno aumenta el ácido láctico, entonces preocúpate de inhalar profundamente para que tengas suficiente oxígeno en tu cuerpo.
Otra cosa que debes tener muy en cuenta es que debes ejercitarte constantemente, tres veces a la semana es muy sano, así mantienes el cuerpo en forma y poco a poco evitarás la producción extra de lactato.
